
Agua termal vs. agua micelar
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💧Agua termal vs. agua micelar: ¿cuál elegir en tu rutina facial?
En el mundo del cuidado de la piel, hay productos que parecen similares pero cumplen funciones muy distintas. Ese es el caso del agua termal y el agua micelar: ambos se aplican en forma líquida, ambos refrescan la piel… pero no son lo mismo. Entender sus diferencias te ayudará a sacar el máximo provecho de tu rutina facial.
🌊¿Qué es el agua termal?
El agua termal proviene de manantiales subterráneos ricos en minerales y oligoelementos, o puede ser formulada emulando la riqueza mineral de su composición natural. Se envasa en su forma más pura para conservar todas sus propiedades calmantes y protectoras.
Beneficios principales:
- Alivia irritaciones, enrojecimiento y comezón.
- Refresca la piel en climas calurosos o después de hacer ejercicio.
- Aporta minerales que fortalecen la barrera cutánea.
- Ideal para pieles sensibles, reactivas o después de tratamientos dermatológicos (peelings, depilación, exposición solar).
¿Cuándo usarla?
- Después de limpiar tu rostro, antes del sérum o la crema hidratante.
- En cualquier momento del día para calmar y refrescar la piel.
- Como “sellado” final después del maquillaje, para darle un aspecto más natural y luminoso.
✨¿Qué es el agua micelar?
El agua micelar es un limpiador líquido que contiene micelas: pequeñas partículas capaces de atraer la suciedad, el maquillaje y el exceso de grasa como un imán, sin necesidad de frotar demasiado.
Beneficios principales:
- Limpia profundamente sin resecar la piel.
- Desmaquilla incluso fórmulas ligeras de labios, rostro y ojos.
- Es suave y no requiere enjuague.
- Apta para todo tipo de pieles, especialmente las sensibles.
¿Cuándo usarla?
- Como primer paso de la rutina nocturna, para retirar maquillaje, protector solar y contaminantes.
- Por la mañana, si prefieres una limpieza suave que no agreda tu piel.
- Como limpiador rápido en viajes o después de hacer ejercicio.
💚En Fontelab pensamos en lo mejor para tu piel
Agua micelar: tu aliada para una limpieza eficaz y delicada.
Agua termal: tu compañera para hidratar, refrescar y calmar.
Ambas no compiten, ¡se complementan! Puedes usar primero el agua micelar para limpiar, y después aplicar agua termal para dejar tu piel equilibrada, hidratada y lista para absorber mejor tus tratamientos.
María G. Guerrero